LINGÜÍSTICA
COGNITIVA: ORIGEN, PRINCIPIOS Y TENDENCIAS
Autores/as: Ibarretxe, Iraide; Valenzuela, Javier, eds.
Título: Lingüística cognitiva
Año de
publicación: 2012
Lugar de edición: Barcelona
Editorial: Anthropos
DescripciónEl presente libro es una introducción a la corriente conocida como Lingüística Cognitiva. Este movimiento lingüístico parte de la idea de que el lenguaje está basado en facultades cognitivas generales, como la percepción o la categorización, y que su estructura y funcionamiento es un reflejo de nuestra experiencia con el mundo. El libro ofrece una panorámica amplia, comprehensiva y actualizada de los principales desarrollos teóricos y metodológicos de esta disciplina desde su nacimiento hasta nuestros días. Los capítulos, escritos por especialistas de renombre internacional así como del ámbito hispanohablante, explican de manera clara y sucinta los aspectos principales de cada una de las teorías, e incluyen una breve bibliografía fundamental anotada para facilitar al lector la profundización en los distintos temas. El libro también cuenta con una extensa bibliografía general y un glosario bilingüe español-inglés / inglés-español de los términos clave de la Lingüística Cognitiva. En resumen, este libro pretende convertirse en la principal obra de referencia para cualquier estudioso del ámbito hispanohablante que desee iniciarse en una de las teorías más importantes en la lingüística hoy en día o simplemente para cualquier persona interesada en el estudio del lenguaje.
La primera
parte de este volumen, Principales bases teóricas de la Lingüística Cognitiva, es la más breve de las tres que componen
el libro. En ella Iraide Ibarretxe-Antuñano y Javier Valenzuela presentan una
panorámica global de la Lingüística Cognitiva, que sirve como hoja de ruta de
lo que el lector encontrará en la segunda parte del libro. Los autores
comienzan describiendo el contexto histórico-lingüístico en el que la
Lingüística Cognitiva emergió, así como sus postulados más relevantes. La
Lingüística Cognitiva se presenta así como una reacción contra las premisas del
Generativismo Chomskiano, una aproximación al estudio del lenguaje que se
apoyaba en el innatismo y la modularidad, y que daba prioridad a la sintaxis
sobre la semántica. En este contexto, según Ibarretxe-Antuñano y Valenzuela, la
Lingüística Cognitiva introdujo un nuevo enfoque que puso el énfasis en: a)
sostener que el lenguaje no es una facultad separada de los demás procesos
cognitivos, sino una parte integral de la cognición general que comparte con
ellos estructuras y habilidades; b) subrayar la importancia de la semántica y
su carácter enciclopédico en el estudio del lenguaje; c) rechazar el
objetivismo y apostar por el experiencialismo y la corporeización del lenguaje
y d) enfatizar que la función y el significado condicionan la forma y no al
contrario, es decir, que el lenguaje está basado en el uso. Una vez descritos y
brevemente ilustrados con ejemplos clásicos los fundamentos de la Lingüística
Cognitiva, los autores cierran el capítulo con una breve presentación de las
principales corrientes que integran esta disciplina, así como de sus
aplicaciones a aspectos concretos, tales como el estudio de la polisemia o la
semántica diacrónica.
La
categorización ocupa gran parte de este capítulo también, ya que las relaciones
de hiperonimia e hiponimia, la homonimia y la polisemia se presentan aquí, no
como simples manifestaciones semánticas, sino como procesos de categorización
en los que el nivel de abstracción, la prototipicidad y el parecido de familia
intervienen decisivamente. En este contexto, los autores introducen la Teoría
de los Prototipos, del Nivel Básico (Rosch 1973, 1975) y de los Modelos
Cognitivos idealizados (Lakoff 1987) y describen su papel en el estudio de las
relaciones semánticas mencionadas anteriormente.
En el
segundo capítulo de este bloque, Los Esquemas de Imagen, Sandra Peña Cervel ahonda
en uno de los pilares básicos de la Lingüística Cognitiva: la corporeización y
su conexión con los esquemas de imagen. A pesar de la falta de consenso que
existe entre los expertos a la hora de definir el concepto de esquema de
imagen, Cervel opta por una definición tradicional aunque actualizada del
concepto, que remite en términos generales a la propuesta por Johnson en 1987.
Esta definición puede entenderse como una reafirmación y ampliación parcial de
la lista de propiedades atribuidas a los esquemas de imagen por Hampe en
2005. Este capítulo proporciona también una amplia descripción de los
esquemas de imagen reseñados por Johnson, así como de otros —los de emparejamiento, fusión
y colección.
En dicha descripción se sigue el modelo aplicado por Lakoff (1987), es decir,
se definen sus componentes básicos, su lógica interna y se proporcionan
ejemplos de sus manifestaciones lingüísticas. De especial interés resulta la
sección sobre las taxonomías de esquemas de imagen. En ella se aborda la lógica
de las relaciones de dependencia que existen entre los diferentes esquemas de
imagen, así, por ejemplo, los esquemas de fuerza se presentan como subsidiarios
del esquema del camino ya que comparten con él gran parte de su estructura. El
capítulo termina con una revisión de los estudios llevados a cabo para
determinar la realidad psicológica de los esquemas de imagen, así como de su
aplicación en la enseñanza de segundas lenguas, el análisis de obras literarias
y el estudio de los gestos que acompañan el discurso oral.
En el
capítulo 4, La
Metonimia Conceptual, Antonio Barcelona hace una revisión crítica de
las múltiples definiciones que se han usado para describir este mecanismo “de
carácter primariamente conceptual” (p. 144). El autor propone una definición de
consenso en la que la referencialidad se entiende como un rasgo fundamental y
necesario, y en la que la proyección del dominio fuente sobre el dominio meta
se produce por función pragmática dentro un modelo cognitivo idealizado con
cierto grado de especificad (dominios funcionales). En este capítulo, se pone
también de manifiesto la relación entre la metáfora y la metonimia al
argumentarse que muchas de las metáforas conceptuales que existen, y en
particular las orientacionales, tienen una base metonímica. Ése sería, por
ejemplo, el caso de más es arriba, metáfora en la que se asocia un grado de
verticalidad con la noción de cantidad. La última parte de este capítulo
describe el papel de la metonimia en la organización de las categorías
radiales, los procesos de blending, el estudio de la polisemia y las
implicaturas conversacionales.
Los Espacios Mentales y la Integración
Conceptual, quinto capítulo del volumen, desarrolla la teoría
introducida por Fauconnier y
Turner. En esta teoría los espacios mentales constituyen el espacio referencial
que en la semántica objetivista se le atribuía al mundo real, y las expresiones
lingüísticas son un conjunto de instrucciones que ponen en marcha procesos
cognitivos generales (Fauconnier 1997). Tal y como apunta Esther Pascual, esta
aproximación al significado permite explicar conceptualizaciones nuevas,
espontáneas y menos estables que las basadas en proyecciones metafóricas. Tales
procesos implican la integración de dos espacios mentales través de una serie
de mapeos que resultan en un tercer espacio, amalgama. Este tercer espacio
mental tiene su propia estructura emergente y sus propiedades no pueden
predecirse de los espacios mentales de entrada. Dicho esto, Pascual describe
con detalle los diferentes tipos de amalgamas recogidos por la literatura e
ilustra su uso para resolver casos de referencia indirecta u opaca. Finalmente
señala su valor en el estudio del discurso publicitario o periodístico, así
como en el diseño de objetos tales como mapas o relojes.
Otro enfoque desarrollado para el estudio de la semántica es el tratado en
el capítulo 7, La Semántica Conceptual. En este capítulo, Paula
Cifuentes repasa los postulados básicos de la teoría desarrollada por Talmy
entre los años sesenta y ochenta. Dicha teoría pone el énfasis en la
corporeidad del significado, puesto que parte del presupuesto de que el
lenguaje refleja nuestra estructura conceptual, que a su vez es un reflejo de
nuestra experiencia corpórea y “es por ello por lo que podemos decir que el
lenguaje es conceptualización” (p. 190) y, por tanto, una ventana abierta al
sistema conceptual. Según Talmy (2000), el sistema conceptual consta de dos
subsistemas: el de estructuración y el de contenido conceptual, los cuales se
codifican en términos lingüísticos mediante las categorías cerradas y las
abiertas respectivamente. Cifuentes, como Talmy, se centra en la descripción
del subsistema de estructuración y sus cinco componentes. Mediante ejemplos
lingüísticos de gran valor ilustrativo muestra cómo estos subsistemas permiten,
entre otras cosas, imponer estructura espacial y temporal sobre una escena;
aplicar una perspectiva o distribuir la atención en términos de figura y base.
En consonancia con el espíritu del libro, este capítulo también hace referencia
a las actualizaciones que la teoría de la Semántica Conceptual ha experimentado
en los últimos tiempos. Tal es el caso de la reciente incorporación de un
quinto sistema, el del estado cognitivo. Finalmente, el capítulo aborda
los últimos avances en la clasificación tipológica de las lenguas según los
patrones lingüísticos empleados para describir el movimiento. Según refleja el
libro, la clasificación binaria de Talmy ha dejado paso a una nueva que no sólo
incluye las lenguas de marco verbal y satélite, sino un tercer tipo conocido
como lenguas de marco equipolente.
Evaluación crítica
El
presente volumen, cuyo objetivo es ser una obra de referencia básica,
proporciona una panorámica concisa y actualizada de los principales pilares
teóricos y corrientes que conforman la Lingüística Cognitiva, al tiempo que
también establece conexiones y comparaciones con otras disciplinas, tales como
la Teoría de la Relevancia, el funcionalismo o la gramática generativa. Todo
ello hace que consiga así con éxito su propósito.
La
accesibilidad del libro en general es alta. Los autores proporcionan al lector
una amplia gama de ejemplos para ilustrar los conceptos tratados, así como
figuras y tablas de resumen que ayudan a fijar conceptos y establecer
comparaciones con otros enfoques. En ocasiones, sin embargo, algunos capítulos
pueden abrumar al lector, en particular a los no iniciados, dada la complejidad
de las ideas que abordan. No obstante, el hecho de que cada capítulo incorpore una
bibliografía básica anotada con referencias clásicas y recientes en inglés y
castellano subsana este potencial inconveniente. La bibliografía anotada tiene
una doble función: por un lado, permite a los lectores profundizar en aspectos
particulares de su interés, una vez leído el capítulo, y, por otra, da a los no
especialistas la oportunidad de usarla como material apoyo para ganar en
comprensión cuando les sea necesario.
Un aspecto
muy interesante de esta obra, que también contribuye a su accesibilidad, es que
el lector puede entenderla como una unidad o como una colección de artículos.
Esto es posible ya que, a pesar de ser una obra con 18 autores, sigue una estructura
homogénea y hace un esfuerzo por establecer conexiones entre los diversos
capítulos mediante referencias internas. Esto otorga unidad a todo el conjunto.
Al mismo tiempo, sin embargo, cada capítulo es autosuficiente en sí mismo con
lo que puede leerse de manera independiente. Como consecuencia, dos métodos de
lectura son posibles: el lector puede abordar la obra secuencialmente y obtener
una visión global y coherente de la Lingüística Cognitiva o centrarse sólo en
aquellos aspectos que sean de su interés y leer capítulos aislados.
Más allá
del contenido y la organización de este volumen, otro aspecto muy destacable es
el glosario español-inglés / inglés-español que se incorpora al final del libro
y que recoge terminología básica de este dominio de conocimiento. Por un lado,
el glosario ayuda a los lectores no familiarizados con la Lingüística Cognitiva
a abordar un estudio más en profundidad de la bibliografía escrita en inglés y,
por otro lado, puede usarse como referencia entre autores hispanohablantes para
unificar la traducción de ciertos términos en castellano.
En
definitiva, este volumen es sin duda una valiosa y completa introducción a la
Lingüística Cognitiva, que da cobertura a todas sus principales teorías y en la
que el lector puede dejarse guiar por autores de reconocido prestigio en un
viaje exploratorio por los rasgos que la definen y diferencian. Lingüística
Cognitiva es un libro
de obligada lectura no sólo para los que quieran iniciarse en este campo, sino
también para estudiosos de otras disciplinas y para aquellos que quieran estar
al día de los últimos avances en la Lingüística Cognitiva.
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