miércoles, 16 de julio de 2014

  EL ESTUDIO DEL DISCURSO
Teun A.Van Dijk

 DISCURSO
Los dos volúmenes de esta introducción constituyen una respuesta  a una sencilla pregunta que tienden a formular quienes apenas comienzan a abordar el tema cuando advierten la presencia ubicua del término "discurso" en las humanidades, en las ciencias sociales e incluso, en los medios masivos de comunicación:"¿Qué es exactamente el discurso?".La situación sería ideal si pudiéramos condensar todo lo que sabemos acerca del discurso en una definición única y práctica.
DEL SENTIDO COMÚN A LA TEORÍA
Antes de adentrarnos en ese tipo de descripción más teórica que uno espera encontrar en la disciplina de los estudios del discurso, corresponde decir algunas palabras acerca de la noción de "discurso" proveniente del sentido común, tal como esta noción aparece en el lenguaje cotidiano y en el diccionario. En este sentido, el término "discurso" se aplica a una forma de utilización del lenguaje, a discursos públicos o, más en general, al lenguaje oral, por ejemplo, cuando hablamos del "discurso característico del ex presidente Ronald Reagan".
Otro uso del mismo término, muy difundido pero aún informal, puede hallarse en los medios de comunicación y en algunas de las ciencias sociales, por ejemplo, cuando se habla del "discurso del neoliberalismo". En este último caso, el término "discurso" no se refiere exclusivamente al uso que hacen del lenguaje los pensadores  políticos neoliberales, sino también a las ideas y filosofías que ellos sustentan y divulgan. En efecto, puede suceder que los estudios dedicados al discurso neoliberal no presten atención alguna al uso del lenguaje.
TEXTO Y CONVERSACIÓN
Si bien contamos ahora con una primera caracterización de lo que los especialistas entienden por "discurso", es necesario resolver algunas cuestiones complejas. En primer lugar, el uso del lenguaje no se limita, por supuesto, al lenguaje hablado, sino que incluye el lenguaje escrito (o impreso), la comunicación y la interacción escritas,
como es el caso de los periódicos, de nuestros libros de texto o nuestra correspondencia. (correo común o electrónico), o de los miles de tipos distintos de textos propios de nuestro trabajo académico o de otros tipos de trabajos. Sin embargo, semejante ampliación del concepto plantea otras dificultades. Así, el lenguaje hablado tal como lo encontramos en las conversaciones cotidianas, en los debates parlamentarios o en las entrevistas laborales es sin duda una forma de interacción de la cual participan los usuarios del lenguaje como hablantes y como receptores. Pero no resulta tan evidente que lo mismo ocurra con los textos escritos, como las cartas, las noticias publicadas en un diario, los libros de texto, las leyes o las publicaciones de carácter académico como la presente. Estos parecen ser objetos, o productos de actos verbales, más que formas de interacción.

EL DISCURSO COMO ESTRUCTURA VERBAL
El sonido, la vista y el cuerpo
    Tal como sucedió históricamente en la lingüística moderna, el análisis del discurso puede comenzar por el análisis de un nivel de manifestaciones observables o expresiones, a saber, sonidos audibles y marcas visuales (cartas, figuras, colores, etc.) inscriptas sobre papel, pizarras o pantallas de ordenadores (e incluso, por supuesto, huellas magnéticas en un disco del ordenador.
En el discurso hablado los sonidos tampoco ocurren aislados. Habitualmente están acompañados por diversos tipos de actividad no verbal, como los gestos, las expresiones faciales, la posición del cuerpo, la proximidad, el aplauso y la risa, acciones todas que acompañan de manera pertinente a las conversaciones y por consiguiente requieren por derecho propio un análisis del papel que juegan en el suceso de comunicación como totalidad. Nuevamente, debo decir que se trata de un aspecto del análisis del discurso relativamente inexplorado hasta el momento. No obstante, junto con los sonidos del discurso, la actividad no verbal juega un papel importante en la interpretación del sentido y de las funciones del discurso en la interacción cara a cara (y por supuesto, en la comprensión del discurso en las películas). el hecho de que un interlocutor esté enojado no sólo se manifiesta en la elección particular de la palabra que hace, sino también en la expresión de su cara y en sus gestos. Este ejemplo muestra sin lugar a dudas que los eventos de comunicación no sólo están constituidos por palabras.

DISCURSO Y SOCIEDAD
La mayor parte de los estudios del discurso se desenvuelve en alguno de los ámbitos descriptos hasta ahora o en varios de ellos a la vez: la Forma, sentido, interacción y la cognición. Sin embargo hemos visto que el contexto desempeña un papel fundamental en la descripción y la explicación del texto y la conversación. Aunque no existe una teoría explícita del contexto y aunque la noción es utilizada por distintos estudiosos del tema con una amplia variedad de significados, podemos definirlo brevemente como la estructura de todas las propiedades de la situación social que son pertinentes para la producción o recepción del discurso. No sólo las características del contexto influyen sobre el discurso; lo inverso también es cierto: el
discurso puede asimismo definir o modificar las características del contexto.
En síntesis, apenas tomamos con seriedad un punto de vista contextual del discurso, muchos aspectos de la sociedad y de la cultura se incorporan en nuestro análisis. Por ejemplo, la elección de ciertos pronombres específicos como formas de tratamiento más o menos cortés (como es el caso del tu o vous en francés) presupone que los usuarios del lenguaje poseen conocimiento acerca de las relaciones sociales.
Lo anterior no quiere decir  que estos contextos sociales estén siempre estáticos, ni tampoco implica que los usuarios del lenguaje y sus respectivos discursos "obedecen" pasivamente las restricciones impuestas por el grupo, la sociedad o la cultura. Por el contrario, el discurso y sus usuarios mantienen una relación "dialéctica" con el contexto: además de estar sujetos a las restricciones sociales del mismo, también contribuyen a él, lo construyen o lo modifican.


CONCLUSIÓN
El análisis contemporáneo del discurso ha recorrido un largo camino desde los primeros estudios lingüísticos de los pronombres y la coherencia semántica, las primeras observaciones de la toma de turnos en la conversación, los estudios etnográficos iníciales acerca de las "maneras de hablar” en diversas culturas o  los primeros experimentos de la comprensión de textos.
El análisis del discurso se ha transformado en una empresa vasta y multidisciplinaria de la cual participan por lo menos media docena de disciplinas distintas, una empresa bastante compleja en algunas de sus ramas. Tanto es así que se ha producido una inevitable especialización y no siempre está asegurada la comprensión mutua.
No existen muchas disciplinas que brinden un enfoque tan amplio del lenguaje humano, la cognición, la comunicación y la interacción, y a la vez multidisciplinario, multicultural y socialmente relevante. Tampoco hay muchas disciplinas que permitan estudiar los pequeños detalles significativos de la conversación y del texto y a la
vez investigar los fascinantes procesos y representaciones de la mente social, así como indagar en los temas y problemas políticos y sociales fundamentales de nuestra época.













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